Tras ser herido en la guerra cristera en 1926, en la que peleó como mercenario del Ejército Federal, Juan deserta de la batalla. Años más tarde, sufre la muerte de su hijo, Jesús. Esta tragedia obliga a Juan a cargar el ataúd para enterrar a Jesús en Porvenir, el pueblo donde yace la tumba de su esposa. En su travesía, debe cruzar un devastado país, olvidado por Dios, y perderse en caminos acechados por el Diablo.